El canto gregoriano

En un documento escrito por Plinio el Joven con la intención de informar al emperador Trajano acerca de las costumbres de los cristianos, encontramos una interesante referencia de su música: «...ellos (los cristianos) tenían la costumbre de reunirse en un día específico al alba, para alabar a Cristo como si de un dios se tratase, con un canto alterno».
El canto alterno es aquel que se desarrolla entre dos coros, uno de los cuales canta una estrofa y el otro le responde. En la liturgia católica se le conoce como antífona, y se puede cantar con la participación de dos coros o de un solista y la congregación.
San Ambrosio, obispo de Milán, introdujo en Antioquía cánticos en forma de antífona. Compuso a la vez himnos. Sus himnos junto con otros ya existentes pronto se propagaron por toda Italia. Debido a las frecuentes amenazas contra el Imperio romano por parte de las tribus bárbaras existió una gran agitación que provocó una dispersión de las melodías y la alteración de las mismas en cada región.

El canto gregoriano es un canto litúrgico de la Iglesia católica. Es utilizado como expresión y mensaje dentro del culto y asimismo como medio de expresión religiosa. Las principales características generales de este estilo musical son las siguientes: normalmente son obras de autor desconocido, son cantadas solo por hombres, monódicas cantadas a capella sin ornamentos instrumentales, son obras escritas en latín culto, el ritmo es libre, el ámbito de su interpretación es reducido a pocas personas, la melodía se mueve grados conjuntos y los llamados ocho modos gregorianos, tiene forma de diálogo oratorio de rezos y por ello son cantos austeros.
Estos cantos monódicos pueden clasificarse según: el momento de la liturgia o del día en el que son interpretadas, según el incipit literario pueden ser himnos, salmos, cánticos de alabanza, etc.; según el modelo de interpretación, si son de tracto solista o congregatorio, antifonal (alternación de dos coros), responsorios de solista y coro o de estilo coral directo.

Otros tipos de canto

Véase también

Música del Renacimiento (1450-1600)

Escuela flamenca

Es en la región flamenca (en los Países Bajos) donde, por su desarrollo económico, la polifonía recibió un mayor impulso y alcanzó su máximo esplendor entre los siglos XV y XVI. Los músicos de Flandes pronto se distinguieron por una técnica de contrapunto excelsa, y una inspiración cuasi-divina. En poco tiempo, esto se vio reflejado en una mayor influencia por parte de los músicos flamencos en todos o casi todos los centros musicales de Europa. Donde había polifonía se podía encontrar a un músico flamenco. Esto se vio, además, potenciado gracias a la edificación de enormes catedrales en donde fue creada una gran cantidad de schola cantorum.
Ya para finales de siglo XV, apareció en la escena musical un gran personaje, de quien se dice salvó a la música polifónica de los designios del santo padre: Josquin Des Pres. Aunque de nacionalidad francesa, vivió desde muy joven en Italia. Con su estilo cautivó a más de uno, mostró gran maestría en el manejo del contrapunto e hizo uso del semitono. Se dice que Des Pres escribía tan solo cuando le daba la gana: algo raro en su época y el comienzo de una gran libertad para los compositores.

Música renacentista francesa

La chanson, música de tipo cordal que desembocará en el madrigal. En él destacan Pierre Attaignant, Clement Janequín y Claude Le Jeune (1528-1600). Las peculiaridades de estos compositores son el enorme brillo y fuerza rítmica que dan a su música un carácter enormemente extrovertido, se distinguió por tener realismo expresivo, describe la naturaleza y resalta la expresión del texto; uno de sus exponentes es Clement Janequin. Escribió una de las canciones populares llamada L'Ahutte. Esta melodía describe escenas de cacería, cuadros de batalla, parloteo de mujeres y el ir y venir de la gente de los mercados. Lo describe como si quisiera pintarlos en un fresco para mostrar en la vida común.
El canto de la reforma religiosa se aplica a melodías de canciones populares y se utiliza para el servicio religiosos en donde intervenían grandes grupos de personas.
Juan Calvino utilizó ese canto masivo al unísono y lo armonizó a cuatro voces.

Música renacentista italiana

La música italiana se vio condicionada por el papel que ocuparon los compositores flamencos como: Adrián Willaert y sus discípulos que trasplantaron el estilo polifónico holandés. En menos de un siglo, Italia reemplazó a los Países Bajos como centro de la vida musical europea. Existían dos tipos de formas musicales:
  • la fróttola, que era un tipo de canción estrófica, silábicamente musicalizada a cuatro voces, con esquemas rítmicos marcados, armonías diatónicas y un estilo homófono con la melodía en la voz superior. Tiene varios subtipos como la barzelleta, el capitolo, el estrambotto, etc. Se solía ejecutar cantando la voz superior y tocar las otra tres voces a modo de acompañamiento. Sus textos eran amatorios y satíricos. Sus principales compositores fueron italianos.
  • la lauda, contrapartida religiosa de la fróttola; se cantaba en reuniones religiosas semipúblicas a capella, o con instrumentos que tocaban las tres voces superiores. Era en su mayor parte silábica y homófona, con la melodía en la voz superior, llamada música.

Música renacentista inglesa

En la música del renacimiento inglés, se destaca el compositor William Byrd, quien desempeñó un papel crucial en la música de clave; otro compositor de alta relevancia es John Dowland, compositor de espléndidas y reconocidas melodías para laúd.

Música renacentista alemana

Durante el siglo XVII, Alemania vivía la guerra de los 30 años, el Sacro Imperio Germánico a cargo del Emperador Felipe II y de su hermano Fernando I, enfrentaba una guerra contra el protestantismo en Alemania, por tanto las artes en Alemania sufrían una fuerte represión por parte del clero antes y durante la guerra; entre otros, no era permitido componer en alemán, sin embargo se dio la paz de Westfalia, por la intervención del cardenal Richelieu en la guerra, y las artes florecieron en Alemania, entre los primeros compositores en destacarse están Esaías Reusner, Johann Pachelbel y Heinrich Schütz, aunque estos no escribieron la música religiosa en alemán, uno de los primeros en componer en alemán fueron los organistas Johann Sebastian Bach y Diderik Buxtehude.

Música renacentista española

Como en las letras, el siglo XVI es también el Siglo de Oro de la música española. Destacan las obras de los compositores Tomás Luis de Victoria, Cristóbal de Morales y Francisco Guerrero.
Entre las obras más importantes del renacimiento se destacan: el Cancionero de palacio, música de la corte de los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón), el cancionero Al-Ándalus, los libros en cifras para vihuela de Alonso Mudarra, los compositores Luis de Narváez, Gaspar Sanz y el madrigalista Juan del Encina.

Música del período de la práctica común o "clásica" (1600-1900)

Barroco (1600-1750)

La música barroca es el periodo musical que domina a Europa durante todo el siglo XVII y primera mitad del siguiente, siendo reemplazada por el clasicismo hacia 1750-1760. Se considera que nació en Italia y alcanzó su máximo esplendor en Alemania durante el barroco tardío. Es uno de los periodos más ricos, fértiles, creativos y revolucionarios de la historia de la música.
En este período se desarrollaron nuevas formas y se operaron grandes avances técnicos tanto en la composición como en el virtuosismo; así tenemos: cromatismo, expresividad, bajo cifrado y bajo continuo, intensidad, ópera, oratorio, cantata, sonata, tocata, suite, fuga y la sinfonía.

El bajo continuo

También llamado bajo cifrado, designa el sistema de acompañamiento ideado a comienzos del período barroco, y es además un sistema estenográfico o taquigráfico de escritura musical. Como técnica de composición permitía al compositor trazar tan solo el contorno de la melodía y el bajo cifrado, dejando las voces medias, o sea el relleno armónico, a la invención del continuista. La ejecución del continuo requiere dos instrumentistas: un instrumento melódico grave (viola, gamba, violoncelo, contrabajo, fagot, etc.) que ejecuta las notas del bajo y un instrumento armónico (laud, clavecín, órgano) a cargo del continuista, quien desenvuelve improvisadamente las armonías, de acuerdo con las cifras del bajo cifrado, en la forma de acordes arpegios u otras figuraciones, todo ello de conforme al estilo y las necesidades expresivas del texto musical.

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